8.2.10

Febrero 8

Eran las dos de la mañana y regresaba a mi casa caminando. No había nadie en las calles. En el parque pude divisar al cosmonauta sentado en una banca. Me acerqué con cautela, porque me di cuenta que era un sueño, y en cualquier momento podría despertar.

Por primera vez pude ver la cara del cosmonauta.

-Debes dejar de escribir la novela en el espacio -me dijo en tono frío, cansado. Luego se paró y después de decir algunas frases en ruso, empezó a flotar lentamente, hasta perderse en la noche.